¿Se pueden palpar las diferencias entre ambos
sexos cuando hablamos de narrativa romántica? ¿Existe de verdad una diferencia notable entre
autoras y autores, cuando el tema a tratar es el amor y las historias que de él
se derivan?
Mi teoría sería
que no depende tanto del género, como sí depende de la persona y su forma de
vivir romances y vínculos en su vida personal, que al final se plasma directa o
indirectamente en sus obras. Pero la teoría, teoría es y la realidad es la
siguiente: el mercado de la literatura romántica nos rompe este esquema y marca
una cierta heterogeneidad entre escritores y escritoras en esta temática.
Hagamos un pequeño análisis sobre un par de datos interesantes.
Cabe destacar que
si echamos una ojeada a la lista de romances en literatura de este año 2016 con
más éxito, o incluso el top10 de
novelas románticas que destacan en la feria del libro, todas ellas son escritas
por mujeres. Tras el éxito de 50 sombras de grey se ha creado un fenómeno
indescriptible con grandes dosis de erotismo y sexo (muchas más que de amor,
todo sea dicho). ¿Hemos roto entonces con el tópico de la mujer romántica que
busca enloquecer con grandes y complicadas historias de amor? Quizás ese tópico
ha sido siempre falso y cada mujer tiene una exploradora innata en su interior
(O benditos sean los libros lo han despertado). O que simplemente, somos las
mujeres escritoras las que, por tener esa naturaleza femenina y ese sexto
sentido, entendemos plenamente lo que buscamos en nuestras relaciones
personales y consecuentemente lo que queremos leer, y va más encaminado a lo
pasional que a lo romántico.
Soy la primera
sorprendida cuando afirmo sin duda, y curiosamente, el amor más carnal y
tratado desde una perspectiva más sensual y pasional es descrito por mujeres.
E.L. James con “50 sombras de Grey”, Megan Maxwell con “Pídeme lo que quieras”
o “Melocotón loco”, Anaïs Nin con “Delta de Venus”, Silvia Day con “Relaciones
escandalosas” o incluso el éxito de Elisabet Benavent con “Alguien como tú” son
todos claros ejemplos que destacan por la morbosidad y el sexo.
La sutileza de
las difíciles historias sentimentales acompaña a autores como Federico Moccia o
Blue Jeans, quienes se han ganado el corazón del público más joven y fresco.
Son historias con enganche pero sin duda más sutiles y cuidadosas a la hora de
hablar de relaciones sexuales. Quizás también se debe a la variación en cuanto
a la edad de los lectores, pero sin duda son más tiernas y “amorosas”. ¿Creen
ellos entender que las mujeres buscamos la ternura, lo delicado e incluso
sensiblero? No sé si será cierto, pero la realidad es que sus novelas si van
encaminadas entorno a ello.
¿He de afirmar
pues que tengo una parte de hombre en mi ser? Como mujer y escritora sé que la
historia de Marisa es sentimental con escenas atractivas eróticas, pero el
erotismo no es el centro de su vida, sino más bien un culminante de ciertas
situaciones. He de admitir que en el caso de Marisa, las tradicionales
relaciones que surgen de manera romántica son las raíces del árbol al que
finalmente, le crecen las flores de la sensualidad en ciertos momentos.
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