lunes, 29 de agosto de 2016

Amores de verano

La parte más bonita de un amor fugaz está en no ser consciente de que lo es. No hablo del amor, hablo  de la fugacidad de las historias. Hay conexiones que no dependen del tiempo y que se dan gracias a un lugar, y que aunque estén predestinadas a acabar... Suceden. Y es precioso. 
Alguien dijo una vez que las historias de amor ni son fáciles, ni vienen solas. Estoy segura que quién fuera que pronunciara tales palabras no se enamoró en verano. El verano tiene ese componente mágico que muchos conocen y que otros muchos han vivido. La entrega absoluta a alguien que conquista tu corazón, sin miedos, sin pensamientos futuros... Viviendo el presente como si no existiera otro tiempo válido. Aunque sepamos que son historias con fecha de caducidad, fugaces...que el tiempo se llevará, no supone impedimento. Este hecho tan solo las llena de intensidad y ganas. Es un amor comprimido con fecha de inicio y fin, donde la ilusión con la que se vive es imposible de medir. Las mañanas al sol, las tardes de paseos infinitos, las noches de concierto y como no...Las de pasión incontrolable, donde hacer el amor sin miedo es lo más parecido a una religión. ¿Cómo no perder la noción del tiempo? ¿Cómo evitar sentir amor, si se vuele casi un acto reflejo?
Pero septiembre siempre vuelve y arrasa con todo. Aquello que vivías quedó estancado en aquel lugar que ahora, lleva el nombre de esa persona. Y lo único que queda son las eternas melodías que siempre tendrán nombre y apellido...La piel bronceada que poco a poco vuelve a su color original, como la rutina, el otoño y si mi apuras, el invierno. Pero ese pedacito de corazón que te robaron sigue sin estar en ti, sigue recostado frente a los últimos rayos de sol del verano que le llenó de amor. Y se vuelve un amor silencioso, que a pesar de no hacer ruido seguirá resonando siempre en ti.

Y la intensidad de estos sentimientos me hace pensar en Marisa, Encuentros bajo la piel. Ella no vivió el amor en verano, pero cuando conoció a Alex su mundo dio un vuelco por completo. Y a pesar de que la historia fue breve, la huella que dejó en ella se alargó un tiempo que jamás hubiera imaginado. Pero fue capaz de dejar que una nueva luz la encontrara, aun creyendo que el amor no le pertenecía.  


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